domingo, 11 de julio de 2010

Sangrado e imágenes fantasma

La competencia nacional e internacional ha forzado a los serigrafistas a estar más conscientes que nunca de los gastos. Para mantener nuestros presupuestos en el lado sano, a menudo estamos tentados a recurrir a suministros y materiales menos costosos. Lo más económico no significa siempre inferior en calidad; sin embargo, como decoradores, debemos entender que los componentes y materiales de prendas están en continuo cambio, y no siempre para bien. Con el fin de asegurarnos de poder sostener un nivel consistente de calidad, debemos someter a prueba y controlar regularmente la calidad de los materiales sobre los que imprimimos. Sólo así aseguramos que nuestros productos impresos cumplan con las exigencias del cliente.

En esta entrega, trataremos de cerca las telas para prendas, especialmente aquellas que han pasado por algún proceso de tintura; aspecto de nuestros productos sobre el cual poseemos poco control, pero que puede ser un factor determinante en nuestro éxito.



Tinturas de prendas



La mayoría de nosotros imprimimos sobre dos tipos primarios de telas: 100% algodón y combinaciones 50/50 de algodón y poliéster. Las siguientes son interacciones que pueden ocurrir entre las tinturas de las prendas de algodón y las tintas de plastisol que imprimimos sobre aquellas.

Los tintes de algodón son a base de agua y se aplican saturando las fibras hidrofílicas (que absorben agua) de algodón con los tintes diluidos en el agua. Estos tintes causan que nuestras medias blancas queden rosadas cuando accidentalmente metemos una camiseta roja de algodón en la lavadora con la ropa blanca.

Una razón por la que las prendas 100% algodón son tan populares entre los serigrafistas textiles es que sus tintes generalmente no sangran la película de tinta impresa. Ya que los tintes empleados con el algodón son solubles en agua y las tintas de plastisol que usamos son a base de petróleo, las tinturas y la tinta no se mezclan y, por tanto, normalmente no ocurre sangrado.

En relación con las prendas que compramos para imprimir, nuestras medidas de reducción de costos pueden tener implicaciones serias y sorprendentes.

Consideremos una situación que presencié recientemente, en la cual una prenda 100% algodón tinturado, sangró la impresión. En esta situación, una compañía tenía impresas una gran cantidad de prendas 100% algodón tinturado, en una sombra de rojo oscuro. La tinta era estándar blanca, resistente al sangrado, especial para imprimir en algodón. Basado en la experiencia, el impresor no tenía ninguna razón para pensar que el tinte de la prenda se transferiría a la tinta de plastisol. Sin embargo, después de un rato de impresión, eso fue precisamente lo que sucedió.

Es posible que la causa la constituyeran las tinturas a base de agua muy baratas, que se emplearon para dar color a la tela de la prenda. Por alguna razón, esta tintura se mezcló con la película de tinta de plastisol y alteró la apariencia de las imágenes impresas. Desde un punto de vista químico, la tintura a base de agua y la tinta a base de petróleo son completamente incompatibles, por lo que la transferencia de tinte no debió haber ocurrido. Después de algunas investigaciones, se determinó que no se trató de una transferencia convencional de tinte. En su lugar, los impresores dedujeron que las prendas poseían un tinte inferior sensible al calor; de hecho, tan sensible que se evaporó de la prenda a la película de tinta impresa durante el proceso de secado.

En algunos casos, el efecto fue lo suficientemente severo como para ser detectado en áreas impresas de las camisas tan pronto como salían de la secadora. Sobre las prendas en las que el efecto no aparecía de inmediato, los tintes muchas veces penetraban la impresión parcialmente y emergían a la superficie posteriormente.



Cuidados para evitar imágenes fantasma



Si bien la anterior situación es única en términos de materiales involucrados, no deja de suscitar algunas preguntas interesantes sobre un problema de impresión más común relacionado con este tema, conocido como imágenes fantasma, y sus causas subyacentes. Su aparición ocurre cuando una película de tinta resistente al sangrado entra en contacto con una tela de algodón, y los agentes que dan a la tinta la resistencia al sangrado gasifican las tintas de cualquier prenda con la que la película entra en contacto. Generalmente, esto sucede cuando las prendas están apiladas.

Este efecto de gasificación y la consecuente aparición de imágenes fantasma ocurre básicamente de dos maneras. Una, cuando las prendas se apilan calientes y el agente resistente al sangrado, por lo general un peróxido orgánico, se libera de la película de tinta caliente en forma de gas, destiñendo el color de la prenda caliente que se halla encima de la pila.

La segunda forma ocurre cuando se utiliza una tinta resistente al sangrado y no se cura lo suficiente. En este caso, el componente resistente al sangrado no se fusiona adecuadamente con la película de tinta, por lo que se evapora de la película de tinta y penetra cualquier prenda con la que hace contacto. El resultado es un efecto de blanqueado sobre los tintes de la segunda prenda, el cual aparece como una imagen "fantasma" de la impresión original. El efecto fantasma creado por los componentes resistentes al sangrado daña las prendas de manera permanente.

El lado bueno es que existen soluciones para evitar este problema. Primero, debemos asegurarnos de que en realidad sí necesitamos usar una tinta resistente al sangrado en nuestras prendas 100% algodón. La mayoría de fabricantes de prendas reconocidos y de buena reputación no toman atajos en los tintes que usan, lo cual significa que los colores de sus telas son estables, y que tintas resistentes al sangrado son innecesarias. En caso de necesitarlas, debemos asegurarnos de que la película de tinta esté debidamente curada. Así, minimizamos la posibilidad de que cualquier agente bloqueador de tinturas presente en la tinta se evapore y penetre las prendas contiguas después de la impresión.

Otra solución básica para evitar las imágenes fantasma con la tinta resistente al sangrado es controlar cuidadosamente el proceso de impresión y minimizar el grosor de la película de tinta impresa. Las películas gruesas de tinta requieren una mayor cantidad de calor y tiempo de curado y corren el mayor riesgo de no curar bien.

Para conseguir películas de tinta más delgadas y fáciles de curar, debemos emplear pantallas de alta tensión, distancia de contacto y presión del rasero mínimas. Estos parámetros ayudarán a depositar menos tinta y a asegurar que la tinta sólo haga contacto con la superficie de la tela. Así se reducirá al máximo el contacto entre la tinta y la tela y, por ende, la posibilidad de que aparezcan imágenes fantasma.

Aunque existen muchos algodones tinturados confiables, algunos talleres han caído en el hábito de usar tintas resistentes al sangrado sobre todas las telas con el propósito de simplificación y estandarización. Esta es una filosofía con la que puedo estar de acuerdo, a excepción del riesgo potencial de la aparición de imágenes fantasma si la película de tinta no es curada correctamente.

Una solución efectiva es mantener una tinta blanca para algodón no resistente al sangrado a la mano para los trabajos en prendas 100% algodón y otra blanca resistente al sangrado para prendas 50/50. Si llega a tener problemas de sangrado en el algodón, siempre puede utilizar la tinta resistente al sangrado como solución.

No obstante, una estrategia más sabia consiste, en primer lugar, en evitar dichas prendas. La clave para identificar tela 100% algodón potencialmente mala es conocer bien a su fabricante de prendas y someter sus telas a prueba de calidad regularmente.

Imprima una delgada película de plastisol blanco no resistente al sangrado en la tela de algodón 100% en cuestión y luego sobrecaliente la muestra. En caso de haber gasificación de los tintes de la tela y transferencia a la delgada película de tinta, esta situación pronto se hará evidente y le alertará sobre la potencialidad del problema. Entonces, usted podrá decidir si emplea una tinta resistente al sangrado o si busca otro proveedor de prendas.



Conclusión

A pesar de que no es frecuente que los tintes de un algodón 100% ocasionen sangrado, sólo se necesita que ocurra una vez para que usted pierda un cliente importante y desperdicie un montón de material. Controlar los procedimientos de su taller, imprimir con un grosor mínimo de película de tinta, hacer pruebas regularmente, y utilizar los productos adecuados para el trabajo le ayudarán a mantener estos problemas a raya.

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